Mamá con mamitis

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¿Qué hacer si tiene mamitis?

Los consejos sobre cómo actuar cuando no se quiere separar de ti.

Todos los niños pasan períodos en los que se sienten más inseguros y buscan constantemente la protección de su mamá. Si tu hijo te sigue a todas partes, no te pierde de vista ni un segundo y quiere que le mimes y que le cojas en brazos a menudo, no lo dudes: tiene «mamitis«.

Cuando el pequeño se encuentra en esta fase, que generalmente se manifiesta alrededor de los trece meses, encontrar un poco de tiempo para ti misma resulta casi imposible. No es extraño que, coincidiendo con esta fase, rechace la presencia de los abuelos o del canguro. Este comportamiento contribuye a hacer nacer en ti sentimientos de culpa (totalmente injustificados), que te pueden hacer pensar que estás aplicando un método educativo inadecuado.

Descubre qué puedes hacer para ayudarle a superar la «mamitis» y a reconquistar un poco de autonomía.

¿Qué es la «mamitis»?

La «mamitis» se debe a la ansiedad por la separación, y es una fase normal del desarrollo que va disminuyendo gradualmente, a medida que el niño crece. En este período, el pequeño desea estar siempre con su madre y siente angustia si ella se aleja: se siente inseguro, asustado, triste y a veces enfadado. El llanto, los gritos y, en ocasiones, los caprichos son sus maneras de manifestar sus emociones, y su nivel de «mamitis» muestra su adaptabilidad a los cambios. Este comportamiento no aparece de golpe ni desaparece de un día para otro. Además, se manifiesta a causa de una suma de factores. Se atenúa cuando, con el paso del tiempo, estos elementos pierden importancia:

Dependencia de la madre. A esta edad, la madre representa la seguridad en los momentos difíciles, cuando el pequeño está cansado o cuando experimenta una frustración (una caída o el descubrimiento de que un objeto está fuera de su alcance).

Miedo a las novedades. Cuando tiene un año, la madre forma parte del ambiente que le rodea y, cuando ella no está, se siente perdido. Si no la ve en la cocina a la hora de comer, u otra persona le da de comer, por ejemplo, aflora su inseguridad.

Falta de noción del tiempo. El niño no es capaz de percibir el paso del tiempo y, por lo tanto, no comprende que el alejamiento de su mamá es una situación momentánea.

¿Qué hacer si tiene mamitis?

Cinco soluciones al alcance de la mano

La independencia del niño nace de la seguridad, que no se puede forzar, sino que se adquiere de forma gradual. Para sentirse seguro, necesita amor, confort y comprensión continuamente. Para atenuar la «mamitis», puedes actuar así:

1. Paciencia y dulzura. Es importante que el niño no perciba ninguna expresión de rabia o de exasperación por tu parte, ya que esto provocaría el efecto contrario: todavía se sentiría más inseguro, lo que contribuiría a aumentar su dependencia.

2. Ofrécele ocasiones de independencia. Dale la ocasión de vivir pequeñas experiencias en primera persona, sin sentirse asfixiado o completamente dependiente para cualquier acción.

3. Despídete siempre de él. Cuando salgas o te alejes, háblale siempre afectuosamente y explícale cuándo volverás. Aunque no te entienda perfectamente, tu tono firme y tranquilo le calmará.

4. Déjale con alguien a quien conozca. La «mamitis» será más leve si le dejas con su papá, sus hermanos, los abuelos o un canguro al que ya haya cogido cariño. El ambiente también es importante: es mejor que se quede en casa (donde se siente seguro) que en un ambiente nuevo.

5. Aléjate gradualmente. Aumenta poco a poco los momentos de separación y su frecuencia. En poco tiempo se habituará a tus salidas y sabrá esperar tu regreso. Siguiendo estos consejos, el pequeño adquirirá cada vez más confianza en sí mismo, lo que le permitirá estar sin ti.

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